Cada 13 de septiembre se celebra en Argentina el Día del Bibliotecario, una fecha que rinde homenaje a la labor de quienes dedican su vida a preservar, organizar y difundir el conocimiento. La conmemoración fue establecida en 1954 a partir de un decreto nacional, en recuerdo de la publicación del primer reglamento para bibliotecas públicas del país, redactado en 1810 por Mariano Moreno.
Las bibliotecas cumplen un rol fundamental en la sociedad: no solo son guardianas de libros y documentos, sino también espacios de acceso a la información, inclusión y encuentro comunitario. En tiempos donde la digitalización avanza con fuerza, los bibliotecarios mantienen viva la tarea de orientar, acompañar y facilitar el vínculo entre las personas y el saber.
En distintos puntos del país, este viernes se realizan actividades para reconocer la importancia de la profesión. Charlas, talleres y jornadas abiertas buscan resaltar la función social de las bibliotecas, que van mucho más allá del préstamo de libros: son centros culturales, educativos y de contención que garantizan el derecho a la lectura.
La fecha también invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrenta la profesión. La falta de recursos, las transformaciones tecnológicas y las nuevas formas de consumo cultural plantean retos permanentes. Sin embargo, la figura del bibliotecario sigue siendo clave para democratizar el conocimiento y sostener la memoria colectiva.