El ámbito educativo en Jujuy sigue en crisis tras el fallecimiento de la vicedirectora Adriana Silvia Armella, quien se descompensó en su lugar de trabajo. Su muerte reavivó reclamos sobre las condiciones laborales de los docentes, quienes denuncian exigencias que afectan su salud física y mental. En los últimos días, nuevas voces se sumaron a la protesta, exponiendo la persecución y la excesiva burocracia que enfrentan dentro del sistema educativo provincial.
Una de las denuncias más recientes proviene de la docente de nivel medio Fabiana Nogales, quien afirmó ser víctima de persecución por parte de una supervisora. Nogales también cuestionó la administración del Ministerio de Educación, señalando que la burocracia impide soluciones y genera un desgaste constante en los trabajadores. Entre otros problemas, mencionó la falta de abonos de transporte adecuados para los docentes rurales y la inconsistencia en la habilitación de cursos de capacitación, lo que ha perjudicado a cientos de docentes.
El descontento no solo se limita a la carga burocrática, sino también a la falta de respaldo institucional ante situaciones de conflicto. Nogales relató cómo una decisión arbitraria impidió un viaje de estudios que había sido aprobado a nivel nacional, lo que la llevó a ser suspendida sin goce de sueldo. Según su testimonio, la falta de respuestas por parte del Ministerio y la presión constante generan niveles de estrés que afectan la salud y estabilidad laboral de los docentes.
Las manifestaciones y denuncias reflejan una situación cada vez más tensa en el sector educativo jujeño. Docentes y representantes gremiales exigen medidas urgentes para mejorar las condiciones laborales y garantizar un ambiente de trabajo saludable. Mientras tanto, el Ministerio de Educación no ha emitido declaraciones oficiales sobre las acusaciones, lo que incrementa la incertidumbre y el malestar entre los educadores de la provincia.